El corazón es tan frágil
como un cristal, si
se lo ofreces a alguien y esa persona no es prudente y se le resbala de sus
manos, el cristal se quebrará en varios pedazos;
puede juntar las partes que queden e intentar solucionarlo, pero jamás quedará igual, y entonces cada vez que le
entregues ese corazón a cualquier persona no brillará como la primera vez,
no serás capaz de dárselo a quién más se lo merezca con tanta confianza a pesar
de que sea el hombre ideal, incluso creer eso te dará más
cobardía; porque si se cae de nuevo, será menos apto de amar, de no sentir
miedo. El corazón es como un cristal, un cristal vale demasiado como para no preservarlo,
no temas en entregarle tu corazón a alguien, y si alguien te hiere, no culpes
al que venga después, muéstrale tus heridas y
si aún así te acepta, e intenta hacerte bien,
sabrás sin ninguna duda, que ése es el correcto...
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