Todos debemos un día mirar para adentro. Para ver, hay que mirar. Para salir, no hay que golpear, si nunca fui bien recibido no sé qué hago acá. Que frágil es mi mundo de nuevo, esa es la base de mi soledad. Que fácil es señalarme con el dedo y yo sin poderte mirar. Hoy me despido de todo, todo lo que me hizo mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario